Para poder tomar decisiones estratégicas es vital tener indicadores y datos que te permitan escoger la opción más adecuada para tu empresa. Una buena gestión financiera es crucial para sobrevivir a la competencia y a una economía volátil, por eso el control financiero de una empresa supone una de las actividades más relevantes para una startup y pyme.
El control financiero es un instrumento de supervisión de las finanzas de la empresa. Sirve para controlar las cuentas, y conocer los gastos y de dónde vienen los ingresos. Por lo tanto, es un análisis y estudio de los resultados reales con el fin de prevenir imprevistos e irregularidades y, en caso de encontrarlos, saber tomar las decisiones más adecuadas para corregirlos.
De ahí la importancia de tener una buena gestión de tesorería: en un elemento clave que nos permitirá definir la supervivencia de la empresa.
De manera general, los directores financieros de las empresas o CFO (por sus siglas en inglés, Chief Financial Officer) son los responsables de diseñar y controlar las estrategias financieras, así como de coordinar todo lo relacionado con la contabilidad, el mantenimiento y la optimización de los recursos económicos.
Ellos son los responsables de saber cómo reducir, gestionar y optimizar los gastos a través de un control riguroso.
En resumidas cuentas, es importante hacer un buen control financiero ya que un desajuste en las finanzas de la empresa puede poner en peligro los propósitos generales de la organización, perder ventaja frente a la competencia y, en ciertos casos, incluso verse comprometida su propia supervivencia.
Si quieres saber cómo implementar una estrategia de control financiero, puedes leer nuestro post sobre ¿Cómo hacer un plan de tesorería en 5 pasos?
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